Entrevista a la escritora argentina Liliana Cinetto
Autor: Liliana Cinetto |
Por María Del Carmen Sosa Sierra
Quienes son asiduos lectores de esta página, han sido testigos de que el año 2013, ha sido un año muy particular para María Publishing, especialmente porque nos propusimos convertir la página, en un proyecto cultural y literario que aglutinara al mundo entero. Quizás, haya sido muy osada al planear este objetivo, pero creo que la literatura por ejemplo, nos permite traspasar fronteras, viajar a otros mundos, conocer a personas que jamás creíamos que conoceríamos y ampliar nuestros horizontes, entre otras cosas. Esto quiere decir que cuando vino la globalización, la literatura y los libros, ya nos habían mostrado este universo tan maravilloso y a la vez, tan vasto para descubrir y disfrutar.Bueno, no sé si he logrado alcanzar esta meta en su totalidad
en cuanto a mis lectores, pero yo creo que cada una de las entrevistas de María Publishing a los distintos autores y autoras que deciden participar en este proyecto, nos acercan más al sueño de querer compartir sobre un tema transversal en la cultura de los pueblos y esto es, la literatura y cómo ésta, es abordada por cada escritor, lector o por cada individuo en particular.
En armonía con lo que les acabo de comentar, tengo el gusto de presentarles la entrevista a la escritora argentina Liliana Cinetto, autora de más de cien libros de literatura infantil y juvenil, y de otras obras en distintos géneros; y quien me dejó personalmente encantada de la literatura como una forma de conocer y vivir aquello que nunca hemos vivido, de rescatar nuestros sueños, de ser libres para forjar nuestros pensamientos con sólidos argumentos y de encontrar amigos que por doquier, comparten el gusto por las letras. En suma, Liliana me confirma que la literatura puede ser un puente espacioso para convocar a los pueblos y participar de miles de aventuras y cosas guardada en el corazón del universo. ¿Acaso esto no es globalización?
Por otra parte, la historia que Liliana devana en esta
entrevista me confirma cada vez más, que el impulso temprano del hábito de la
lectura por los padres a sus hijos, es fundamental para crear lectores ávidos
que conviertan la lectura de un hábito a un placer y un estilo de vida
diferente. Quizás, no haya un regalo tan valioso y perenne para un niño, como
un buen libro, que le lleve de la mano al mundo de la imaginación, donde todo
es posible y los sueños se hacen realidad.
Precisamente, esta es una de las característica de esta
talentosa y recursiva escritora, quien a poca edad, se convenció que en su casa
no había mucho dinero para gastar, pero si se dio cuenta que en la casona donde
vivía con sus padres, existía una biblioteca, que paulatinamente se transformó
en la puerta mágica para explorar nuevos mundos y los resultados no se dieron a
esperar, Liliana, hoy por hoy, es una extraordinaria escritora hecha de poesía,
humor, canticos y amor por los libros y la vida, porque a la final, la vida es
una poesía que se teje con distintas palabras y a ritmos diferentes, pero
poesía al fin. Veamos que nos comentó Liliana en la entrevista a María
Publishing, pero antes, debo agradecer públicamente a Liliana por tomar un poco
de su tiempo y compartir con nosotros estas anécdotas y vivencias que a leguas,
le salen del alama.
1. Liliana me encantaría que le contaras a los seguidores de María Publishing en Colombia, quién es Liliana Cinetto, dónde naciste y a qué te dedicas.
Nací en el barrio porteño de Boedo, en Buenos
Aires, Argentina, donde estudié el profesorado para la enseñanza primaria y la
carrera de Letras en la Universidad, y
soy escritora, autora de más de cien libros para niños. También desde hace
muchos años cuento historias. pero me dedico solo a escribir.
2. Liliana cuéntanos un poco de tu niñez y cómo te viste influenciada por las letras desde este periodo de tu vida.
Yo vivía cuando era chica en una antigua
casona con una gran biblioteca. Mis padres no tenían demasiado dinero porque
mamá era maestra y papá trabajaba en dos lugares. Por eso no tenía juguetes
caros, pero nunca me faltaron los libros. Mis padres compraban uno todos los
meses cuando cobraban el sueldo y ese nuevo libro se incorporaba a la vasta
biblioteca que era además mi lugar preferido. Allí jugaba y leía, leía y jugaba
y era tan feliz leyendo que decidí en esa época que iba a ser escritora. De
hecho tengo guardada una hojita de cuaderno de tercer grado en la que están
escritas mis primeras poesías. Para mí escribir o leer no tenía nada que ver
con la escuela. No lo hacía por pedido de la maestra, sino por puro placer.
Desde que tomé la decisión de ser escritora, nunca dejé de escribir. En la
primaria escribía poemas, en la secundaria empecé a escribir mis primeros
cuentos y así seguí hasta que un día publiqué mi primer libro.
3. ¿Cómo te defines como escritora, como mujer y como madre porque creo que en cada mujer hay una madre en su interior?
Soy muy exigente. Como escritora, como mujer
y como madre. Y si no, pregúntenles a mis tres hijos. Pongo mucho amor, mucha
pasión y mucha energía en todo lo que hago. No sé vivir de otra manera más que
dejando el alma en cada libro que escribo y en cada gesto. También soy muy cariñosa. Creo que es
importante demostrar los afectos siempre.
4. ¿ Cómo te iniciaste en el oficio de la escritura y qué tipo de obras te gusta más escribir, con qué género literario te sientes más cómoda?

Yo
escribo poesía, cuento y novela y escribo para todas las edades, incluso tengo
un libro para adultos publicado en España porque gané allá un primer premio en
un concurso, el Alfonso Grosso. Me gusta variar. Creo que eso enriquece mi
escritura, le da aire, evita los estereotipos y la comodidad, siempre peligrosa
para un artista. Es cierto que a la hora de elegir, prefiero escribir poesía.
Me encanta. Es el género en donde siento que el trabajo de escritura es más
artesanal y donde siento que está la literatura en carne viva, en estado más
puro porque hay un tratamiento diferente de la palabra. También me gusta
escribir novelas porque amo leer novelas supongo. Me gusta eso de sumergirme en
una historia, respirar esa atmósfera especial, palpitar ese universo único que
uno crea para una novela donde puede detenerse en detalles, en personajes
secundarios, en recovecos de la acción… algo que no permite el cuento, el
género que me provoca más desafíos, como a muchos escritores, porque lo que
prima es la economía de recursos. No debe haber nada de más, todo debe ser en
su justa medida, comenzando claro por la extensión.

Aunque el
humor es mi preferido, no solo escribo historias divertidas, disparatadas,
desopilantes… También me pongo seria a veces y encaro novelas policiales como El libro perdido, mi primera novela para
jóvenes y adultos. O me atrevo al terror como en Cuentos que hielan la sangre y en El pozo y otros cuentos inquietantes. Lo hago porque como te dije,
variar temáticas, géneros, registros…me obliga a múltiples lecturas que
enriquecen mi escritura.
5. Háblanos de aquella obra que más te haya impactado por su exigencia o por el significado personal que tiene en tu vida, aunque sé que para los escritores todas las obras son especiales.
No puedo
elegir una obra en particular. Estoy orgullosa de todos mis libros. Es como que
me preguntes a cuál de mis tres hijos quiero más y los quiero a los tres. Con
algunos me llevo mejor que con otros. Con algunos discuto más. Pero el amor es
incondicional. Y lo mismo me pasa con mis libros que son, como digo siempre,
mis hijos de papel. En cuanto a la exigencia, ha sido la misma para todas mis
obras.
6. ¿En qué te inspiras al escribir tus obras?
En todo:
en recuerdos, en experiencias, en cosas que me pasan, en cosas que me cuentan,
en la vida y fundamentalmente en la literatura. Yo leo mucho mientras escribo.
Leo libros relacionados con lo que estoy escribiendo. Si escribo poesía, leo
poesía. Si escribo cuentos de terror, leo cuentos de terror. No para copiar ni
para imitar, sino para inspirarme justamente. Porque de algún modo lo que leo
impregna mi escritura, la nutre, le da aliento… Pero además porque entre las palabras se esconden las
ideas. Lo que pasa es que la inspiración es muy caprichosa. Es una
creencia que viene del romanticismo literario. Y la verdad es que si uno espera
estar inspirado, no escribe nunca. O lo hace muy poco. A veces uno tiene la
suerte de sentirse tocado por la magia de la inspiración, pero cuando no es
así, hay que reemplazarla con trabajo. Alguien me dijo una vez que, en el
oficio de escritor, hay un 10 % de inspiración y un 90% de transpiración. Y
bastante de eso hay. Yo escribo todos los días. No todo lo que escribo me
gusta, claro. Y tiro muchas cosas a la basura o a la papelera virtual. Pero, a
veces, escondida entre las palabras, aparece la idea. Y luego, sólo tengo que
tirar de ella, como si fuera la punta de un ovillo. En esos momentos el texto
fluye, desbordado e impetuoso como un río de deshielo. Entonces, escribo y
escribo hasta que siento que ya no me queda nada por decir. Y empieza la
segunda etapa: la más ardua. La de la corrección. No es fácil tomar distancia
del texto propio y tener el pulso firme para sacar esto o cambiar aquello. Por
eso, yo dejo mis textos un tiempo, antes de retomarlos y corregirlos. Cuanto
más tiempo pasa, mejor. Más fácil me resulta corregirlos. Si después de un
tiempo, los releo y me gustan, sé que van por buen camino.
7. ¿Cuál es el mensaje central de ellas?
No hay
mensaje en mis obras. La literatura no intenta dejar o trasmitir mensajes. Dice
cosas, sí. Nos moviliza, nos hace pensar, nos emociona, nos conmueve… siempre a
través de la historia que está contando, siempre a través de sus palabras, de
ese modo único de decir que le es propio. Pero no pretende dejar mensaje
alguno. Los verdaderos escritores no intentan dar mensajes a través de su obra
y aquellos que escriben tratando de dar un mensaje no hacen literatura. Porque
la literatura debe despertar en nosotros pensamientos y sentimientos, sí, pero
esos sentimientos y esos pensamientos no pueden ser los que propone el autor,
sino los que el texto provoca en el lector. Por eso habrá tantos sentimientos y
pensamientos como lectores y a la vez serán todos diferentes, porque cada
lector es único, irrepetible… Para mí esto es fundamental. En la literatura, y
sobre todo en literatura infantil, hay que tener cuidado, sospechar de los que
escriben con moraleja, desconfiar de los
que intentan bajar línea…
8. Liliana como docente y escritora, qué le recomiendas a los padres para que impulsen el hábito de la lectura en sus hijos.
Un lector no
se forma de un día para el otro A veces lleva años, a veces toda una vida... No
basta con la pura alfabetización que propone la escuela. Para que un niño se
convierta en lector (y al decir lector digo alguien que elige leer porque la
lectura le da placer, porque los libros le dan felicidad) deberá recorrer un
camino más o menos intrincado. Depende de muchas cosas, pero claramente los
primeros pasos en ese camino son fundamentales. No será igual la relación con
los libros si un niño se cría en un hogar en el que hay libros, si tiene padres
que le cantan, le leen o le cuentan historias cada noche, si los libros solo
aparecen en su vida cuando llega a la escuela… Lo ideal es que la lectura se
convierte para él en una opción y una elección y sobre todo en una pasión y no,
en una obligación… Para eso las acciones de los padres son fundamentales.
Para un niño todo lo que comparte con sus
seres queridos es doblemente importante. Y aunque la lectura es en esencia un
acto solitario, al comienzo necesita del adulto para que le lea, le cante, le
cuente… Es fundamental asimismo crear un momento dentro de la rutina diaria
donde la lectura esté presente. Un momento donde los poemas, los cuentos, los
libros sean los protagonistas. Pueden ser contados, cantados, leídos,
narrados… El ratito antes de ir a dormir
es ideal. Se aquietan los ruidos y la noche invita al silencio y a la
tranquilidad. Hay que leerles o
narrarles desde que son así de chiquititos y enseguidita hay que acercarlos a
los libros para que empiecen a formar parte de su vida. Cuanto antes, mejor.
Que los cuiden, claro, pero también que los manipulen, los hojeen, los lleven a
la cama, los pongan debajo de la almohada, los lean y los relean...
Compartir
la lectura con nuestros hijos durante toda su vida es importantísimo. Por un lado, los chicos necesitan que los
acompañemos al principio cuando todavía no leen o cuando se están formando como
lectores, pero es importante también,
cuando los chicos ya son lectores, no dejar de acompañarlos: leer los libros
que ellos leen, recomendarles otros, intercambiar opiniones... Un simple gesto
que demuestra que nos interesa lo que están leyendo.
Y
mil cosas más: visitar juntos una librería y demorarse intencionalmente en
elegir y compra o ir juntos a una biblioteca para demostrar que el tiempo que
se le dedica a la literatura no es tiempo perdido. ¿Qué hacer, si no quieren
leer? Leerles o narrarles. No conozco chico por rebelde que sea que se resista
a que alguien le cuente una historia.
Hacer acuerdos con los chicos que ya saben leer, pero se ponen vagos.
Leer un libro por mes, por ejemplo. Y predicar con el ejemplo. Si los chicos no
ven que sus padres leen libros (no diarios ni revistas, libros), si en una casa
no hay una biblioteca, si escuchan frases como: "Y los libros son
caros...", si uno no está convencido de que la vida sin literatura es más
triste y más pobre, si el adulto no demuestra que él también disfruta con la
lectura y es un lector empedernido, no podemos pedir un milagro. De todos
modos, si uno les ha leído o contado o cantado desde bebés, si ellos han crecido
rodeados de libros y de poesías e historias, es difícil que no se conviertan en
lectores.
9. ¿Qué obras le sugieres los padres para que le lean a sus hijos?
Para
mí, es importante darle un lugar de privilegio a la poesía, género
imprescindible que es la puerta de entrada a la literatura. No sólo porque a
los más chiquitos les fascina la rima y la musicalidad de las palabras, sino
porque su brevedad favorece a los pequeños, que tienen un período de escucha
breve y a los lectores principiantes, a quienes a veces desalienta un libro con
muchas letras. Tampoco deben faltar los cuentos populares, los tradicionales o
clásicos desde Caperucita y Blanca Nieves hasta El gato con botas y Barba Azul.
Hay que elegir, eso sí, buenas versiones, versiones cuidadas en las que se
respeten los elementos que esos cuentos tenían originalmente. Al ser textos muy
conocidos pululan por allí ediciones con textos horrendos que eliminan partes
fundamentales de esas historias. No hay que olvidar que todos los elementos de
un cuento popular son símbolos, sabiamente acuñados por la humanidad durante
siglos que el niño sabrá interpretar y decodificar y que le servirán para
espantar sus miedos inconscientes. El adulto no debe asustarse con los cuentos
clásicos que a veces le parecen crueles. Para el niño que necesita modelos
claros para crecer con una psiquis sana, el cuento tradicional es una fuente de
sabiduría ancestral. Yo he hecho versiones de casi todos los cuentos clásicos o
tradicionales porque me encantan y creo en su valor, siempre que como digo no
se cercenen nada de las versiones originales. Las escribí con mi propio estilo,
aguijonándolas en algunos casos, para
acercarlas al universo contemporáneo, con toques de humor, como me gusta, pero
respetando a rajatabla lo que aparece en las versiones de Perrault, de los
Hermanos Grimm, de Andersen…
Por
supuesto además de poesía y cuentos populares debe haber textos literarios o
sea textos de autor. La oferta de libros infantiles en este momento es variada
y hay que ser cuidadoso. Escribir y hacer libros para chicos es algo grande.
Por eso es muy importante elegir textos verdaderamente literarios buscando
buenos autores de literatura infantil y juvenil y editoriales serias que nos
garanticen calidad literaria y libros que responden a los intereses de los
chicos en distintas edades. ¡Ah! Y no caer en la tentación de comprar las
historias del personaje de dibujitos animados o de la muñeca de moda porque
ellos se arreglan solos para llegar a manos de los chicos. Mucho menos como te
dije, libros con mensajes o valores. Por último hay que recordar que los chicos
pueden y deben leer muchos tipos de textos, pero el texto literario es único e
insustituible y no pretende informar ni enseñar ni dejar moraleja, sino abrir
ventanas a mundos posibles e imaginarios.
10. Liliana ¿cuál crees tú que es el papel del docente en el siglo XXI, cuáles son sus principales retos?
Creo que
los docentes enfrentan en el siglo XXI varios desafíos. La globalización, el
uso de nuevas tecnologías y la redefinición del rol docente son solo algunas de
ellas. No es nada sencillo. Para mí que además ejercí la docencia, es un
trabajo muy arduo, no siempre bien remunerado, poco gratificante en muchos
aspectos, maravilloso en otros, cuestionado siempre, infinitamente complicado… Por
eso siempre estoy del lado de los docentes. Siempre los apoyo. Creo que a veces
están demasiado solos y la sociedad, la familia, el estado les pide que se
hagan cargo de todo lo que ellos no hacen. Particularmente, en este sentido,
creo que una de las cosas que implica un gran reto para los docentes hoy en día
es promover la lectura. Antes eso era responsabilidad solo de las familias. Los
chicos se criaban en casas donde había libros, con padres lectores, y la
escuela se ocupaba de otras cosas: la repetición memorística de datos, la
lectura en voz alta, la caligrafía… Ahora depende más de la escuela que por
suerte crea bibliotecas de aula, planes
lectores, propuestas donde el leer por placer encuentra un espacio.
11. ¿Qué mensajes le das a tus pequeños lectores?
En mis
libros ninguno. Como persona, que lean. Los libros abren puertas siempre. Uno
solo debe buscar aquello que le gusta leer porque como lector tiene derecho a
elegir, a cerrar un libro que no le atrae y a buscar otro. Las cosas
materiales, los viajes que he hecho, los amigos que conocí y tanto más se lo
debo a los libros. No imagino mi vida sin ellos. Soy feliz leyendo y escribo
para que los chicos sean felices como yo. Quiero un mundo en el que no falten
libros en la infancia. Porque leer nos hace libres.
12. Qué obra u obras colombianas te gustan?
Odio
esta pregunta porque siempre me olvido de alguien. Pero si no me queda más
remedio que responder, debo decir para empezar que me gusta el gran Gabo,
claro. Gabriel García Márquez fue, es y será siempre uno de mis preferidos. Me
gustan y mucho también y ya en el campo de la literatura infantil Triunfo
Arciniegas, Yolanda Reyes, Ivar da Coll y alguien a quien tuve la suerte de
conocer además personalmente, Jairo Aníbal Niño, que me regaló sus libros y me
maravilló con su poética ternura. Y seguramente me olvido de alguien y luego me
voy a arrepentir de haber respondido esta pregunta que odio.
Que no
se den por vencidos. A Gabriel García Márquez le rechazaron en nueve
editoriales Cien años de soledad. Por
eso uno debe estar dispuesto a que lo rechacen al menos nueve veces. Pero
además deben leer. Y mucho. Un escritor lee más que lo que escribe porque en la
lectura aprende, se nutre, crece… Que corrijan lo que escriben. Hasta el
cansancio. Una, dos, mil veces… Que jamás se la crean. La vanidad es el peor
enemigo de un artista. Uno siempre debe dudar. Y que trabajen. El arte es
también un trabajo. Que demanda horas, días, meses, años, una vida…
1 4. Si tuvieses la oportunidad de cambiar algo en el mundo qué cambiarías.
¡Qué
difícil! Cambiaría muchas cosas. La injusticia, el odio, la maldad, la
incomprensión, los prejuicios, la intolerancia, la ignorancia, la violencia…
Hay tanto que cambiar…
15. ¿Cuál es tu fórmula mágica para alcanzar la felicidad? si tienes alguna fórmula compártela con nosotros.
Vivir
cada día como si fuera la primera y la última vez. Tratar de ser feliz con las
pequeñas cosas. Perseguir los sueños con ahínco. Y amar. Mucho.
16. Cuando partas de esta vida cómo quieres que te recuerden.
Como
alguien que amó y mucho. Que amó la vida. Y que amó su trabajo. Y que amó a los
seres que la rodeaban. Y que amó la literatura que es una forma de vencer a la
muerte.
17. Qué proyectos futuros tiene Liliana Cinetto para compartirnos.
Ya lo he dicho alguna vez. Más que proyectos tengo sueños. Son sueños
sencillos. Algunos tienen que ver con mis afectos. Que mis hijos encuentren su
vocación y logren vivir de ella, como me ocurrió a mí. Que el amor los espere
en una esquina de la vida para hacerlos sonreír. Que algún día pueda viajar al
pueblo de mis abuelos, en Italia. Otros son sueños literarios. Seguir
escribiendo y publicando, claro. Cada vez más. Escribir esa novela para adultos
que me ronda desde hace tiempo. Y sobre todo escribir mi mejor página, aquella
que me haga para los que me leen una autora inolvidable.
Liliana
muchas gracias por aceptar participar en el set de entrevistas de María
Publishing y desde ya te seguimos augurando éxitos y muchas bendiciones en tu
vida.
María
Publishing
24
de junio de 2013
Fuente:
Entrevista a Liliana Cinetto por María Publishing
http://www.lilianacinetto.com.ar/
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